Esquizofrenia y Psicosis

La psicosis es una experiencia psicopatológica subjetiva y dimensional. Entre el 13 y el 23% de la población general presentará sintomatología psicótica al menos una vez a lo largo de la vida, y entre el 1 y el 4% cumplirá criterios diagnósticos de un trastorno del espectro psicótico. El comienzo de las manifestaciones clínicas sintomáticas de la psicosis se produce habitualmente en la adolescencia o durante los primeros años de la edad adulta. El diagnóstico de los trastornos psicóticos continúa siendo eminentemente clínico, por lo que resulta de gran importancia conocer cada fase de la enfermedad. El propósito de efectuar un diagnóstico precoz es asegurar que la persona reciba, en cada momento, la intervención terapéutica más apropiada, específica y basada en la evidencia. El objetivo último consiste en mejorar el pronóstico, reduciendo la mortalidad y previniendo la progresión o empeoramiento del trastorno.

Autores: N. Freund Llovera, P.R. García Ramos y A. Ayala Ballesteros (España).

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La Agresión y la Violencia: Neurobiología

La neurobiología de la agresión y la violencia es de interés para la psicología jurídica porque buena parte de la conducta delictiva tiene componentes violentos. En esta revisión se definen en primer lugar ambos conceptos, para diferenciar a continuación los tipos de agresión (impulsiva vs. instrumental) que aparecen en la literatura científica y finalmente analizar las estructuras nerviosas que según los estudios sobre lesiones cerebrales o de neuroimagen están asociadas con la agresión. Esta revisión destaca: a) las estructuras subcorticales como el hipotálamo/tronco del encéfalo, donde se genera la conducta agresiva y la amígdala, implicada en procesar estímulos emocionalmente destacados; b) las estructuras corticales como la corteza prefrontal (que comprende la corteza orbitofrontal, la corteza prefrontal ventromedial y la corteza cingulada anterior), que parecen ser hipofuncionales en los sujetos violentos. Por último, se revisan estudios sobre el papel del neurotransmisor serotonina en la manifestación del comportamiento agresivo.

Autores: Joaquín Ortega-Escobar y Miguel Ángel Alcázar-Córcoles (Universidad Autónoma de Madrid, España).

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Perfil de los Agresores Sexuales Juveniles

Con la finalidad de mejorar la comprensión de los factores de riesgo implicados en los delitos sexuales cometidos por adolescentes, se han recopilado datos de 63 menores infractores que habían cometido al menos un delito sexual y cumplido una medida de internamiento en la Comunidad de Madrid por estos hechos entre los años 2006 y 2015. Para explorar posibles diferencias se han establecido dos grupos atendiendo a la clasificación basada en la edad de la víctima, distinguiendo entre adolescentes que agreden sexualmente a niños menores (AM) y adolescentes que agreden sexualmente a iguales o adultos (AI). Los resultados indican que el grupo AM presenta un perfil caracterizado por una mayor victimización y aislamiento social, mientras que el grupo AI se caracteriza por una mayor presencia de otras conductas antisociales y agresivas. Finalmente se discuten las implicaciones de los resultados obtenidos para la intervención terapéutica con estos adolescentes.

Autores: Carlos Benedicto, David Roncero y Luis González (España).

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Agresores Sexuales: Etiología

En este trabajo se analiza el conocimiento actual sobre etiología, prevención y tratamiento de la delincuencia sexual. Diferentes experiencias infantiles traumáticas, como graves carencias afectivas, desatención familiar, crianza inapropiada y victimización sexual pueden contribuir al inicio de conductas de abuso o agresión sexual en algunos varones. Posteriormente, tales comportamientos delictivos pueden consolidarse en asociación con otros factores de riesgo personales, incluyendo graves déficits en empatía y firmes distorsiones cognitivas y justificaciones del delito. Dada esta diversidad de factores de riesgo, se considera aquí imprescindible que la agresión sexual se prevenga ya desde la infancia y la adolescencia, mediante intervenciones educativas en los contextos de la familia, la escuela y la justicia de menores. Aun así, cuando se producen delitos sexuales graves, sus autores van a ser probablemente detenidos y encarcelados. De ahí la necesidad también de aplicar tratamientos en las prisiones, que favorezcan la mejora terapéutica de los participantes y, a la postre, reduzcan su riesgo de reincidencia.

Autores: Ana Martínez-Catena y Santiago Redondo (Universidad de Barcelona, España).

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Abuso Sexual Infantil

La victimización sexual en la infancia es un problema de considerable magnitud, para el que los profesionales no siempre se encuentran adecuadamente preparados. Una correcta evaluación de estos casos implica considerar indicadores físicos y psicológicos, relativos al menor víctima, así como los factores de riesgo social, vinculados al entorno familiar. Los hallazgos físicos son escasos, si bien constituyen una de las pruebas más objetivas de la experiencia de abuso sexual. Los indicadores conductuales que incluyen la conducta sexualizada y la sintomatología postraumática, así como los índices de veracidad del relato del menor son los principales aspectos psicológicos a evaluar. La existencia de abusos previos en las figuras parentales del menor víctima es un factor de riesgo social que debe considerarse. La exploración del abuso sexual infantil supone un reto para cualquier profesional, que debe afrontarse desde un equipo multidisciplinar con la adecuada formación y experiencia.

Autoras: Noemí Pereda y Judit Abad (España).

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Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la Personalidad

Definimos trastorno de personalidad como un patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo, y que afecta a su cognición, a su afectividad, al funcionamiento interpersonal y al control volitivo e impulsivo. El trastorno límite de la personalidad se caracteriza por un patrón general de inestabilidad de las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, así como por una notable impulsividad que comienza antes de la edad adulta y está presente en una variedad de contextos. Una acentuación extrema de los rasgos obsesivo-compulsivos de la personalidad, egosintónicos y altamente valorados en las sociedades desarrolladas actuales orientan a un diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (según denominación del DSM-5) o trastorno anancástico de la personalidad (según la CIE-10), entidad clínica relacionada pero diferenciada del trastorno obsesivo-compulsivo.

Autores: P. Sanz Correcher, L.S. Vega González y J.D. Molina Martín (España).

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Trastorno Obsesivo Compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos o imágenes recurrentes que se experimentan como intrusivas e inapropiadas y generan malestar significativo. Las compulsiones son conductas o actos mentales que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión para neutralizar la ansiedad que esta le genera. Muchos pacientes tienden a esconder sus síntomas por vergüenza, por lo que pueden pasar varios años entre la aparición de los síntomas y la introducción de un tratamiento adecuado. A nivel etiológico se considera que el TOC pueda ser consecuencia de múltiples variables. Diferentes modelos etiopatogénicos se han utilizado para explicar el origen del trastorno, desde las aproximaciones psicoanalíticas a las teorías cognitivas y biológicas que postulan disfunciones en los circuitos frontobasales, basándose en los hallazgos en neuroimagen y en la respuesta farmacológica, no pudiéndose establecer a día de hoy una causa definitiva del trastorno.

Autores: P. Sanz Vellosillo y A. Fernández-Cuevas Vicario (Servicio de Psiquiatría B, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, España).

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Autolesiones y Conducta Suicida

El suicidio representa un problema destacado en la actualidad; una línea de prevención e intervención es la detección de los factores de riesgo. En este estudio se pretende identificar los predictores de suicidio en pacientes con repetición de intento de suicidio (RIS) en seguimiento en un programa de intervención intensiva.
El material y métodos fueron: la muestra la forman los pacientes incluidos en el programa de intervención intensiva por intento de suicidio. Se registran las variables sociodemográficas y clínicas, los abandonos, la RIS, las faltas a consulta y los resultados obtenidos en las escalas de depresión y desesperanza de Beck a lo largo de los 12 meses de seguimiento en el programa (inicial, 6 meses y 12 meses).
Los resultados indicaron: de la muestra de 319 pacientes, 29 (9%) realizan una RIS, 22 (76%) durante los primeros 6 meses del programa. De los pacientes con RIS, 7 (24%) tienen historia de intento previo durante un periodo inferior a 180 días al intento índice (p = 0,033). La intoxicación medicamentosa fue el método más empleado pues fue utilizada en el intento índice por 240 pacientes (76%). Veintisiete (93%) mantienen el método en la RIS (p < 0,001).
Se concluyó: la sobreingesta de fármacos como método de intento y reintento, y el tiempo transcurrido desde el intento previo son los factores de riesgo destacados asociados a la RIS, de ahí la importancia de identificar a los pacientes con historia de intento de suicidio para llevar a cabo una intervención más intensiva y un ajuste adecuado del tratamiento sobre todo en los primeros 180 días

Autores: Ashkan Espandian, Marina González, Teresa Reijas, Gerardo Florez, Ernesto Ferrer, Pilar A. Saiz, Angel Salgado-Barreira, Amparo González, Julio Brenlla, Luis Docasar y Julio Bobes (España).

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Imagen Corporal y Trastornos de la Conducta Alimentaria

La obsesión por la delgadez y la insatisfacción corporal pueden llevar a las adolescentes a seguir dietas sin supervisión, lo que podría asociarse además a conductas riesgosas de control de peso, tales como ayuno, vómitos, uso de diuréticos y laxantes. El objetivo fue explorar conductas de control de peso en adolescentes dietantes y relacionarlas con insatisfacción corporal (IC) y obsesión por la delgadez (DT).
Los pacientes y método fueron: estudio transversal en 439 adolescentes de colegios públicos de Valparaíso diseñado para indagar conductas de control de peso riesgosas a través de escalas de IC y DT del Cuestionario de Trastornos Alimentarios (EDI-2), comparando dietantes y no dietantes.
Los resultados indicaron: el 43% había realizado dieta sin supervisión médica. Las dietantes presentan valores superiores en DT e IC. El 29,6% de ellas presenta restricción alimentaria de riesgo moderado a alto, tomando como base el criterio de expertos, y se encuentran diferencias en la presencia y severidad de las conductas purgativas de control de peso entre los dos grupos estudiados.
Se concluyó: un tercio de las adolescentes estudiadas hacen dietas sin supervisión profesional, presentan mayor IC y DT y conductas riesgosas de control de peso. Aquellas con sobrepeso y obesidad realizan dietas más restrictivas y conductas de control de peso más riesgosas.

Autores: M. Liliana Contreras A., Javier Morán K., Scarlett Frez H., Carola Lagos O., María Paz Marín F., María de los Ángeles Pinto B., Érika Suzarte A. (Chile).

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Trastornos de la Conducta Alimentaria

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son problemas relevantes de salud mental que afectan principalmente a mujeres adolescentes y jóvenes. En su etiología convergen factores biológicos, psicológicos y sociales y por lo tanto, el tratamiento debe considerar esta multifactoriedad. Este debe ser realizado por equipos interdisciplinarios en los que confluyan la experiencia en el trabajo con adolescentes y la especialización en TCA, asuntos fundamentales para brindar intervenciones efectivas.
El objetivo de la primera parte de este artículo es caracterizar a los TCA en el contexto de la adolescencia y brindar herramientas que apoyen su pesquisa, diagnóstico y derivación oportuna a equipos especializados, con el fin de contribuir al tratamiento precoz de estos trastornos y a mejorar su pronóstico a largo plazo. Se abordarán aspectos esenciales de la epidemiología, clasificación y evaluación inicial de los TCA en jóvenes.

Autoras: María Verónica Gaete P., Carolina López C., Marcela Matamala B. (Chile).

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